28 septiembre 2010

Las listas Forbes y la desigualdad en el mundo (I)

La publicación de las listas Forbes nos dan siempre una oportunidad excelente para otear, siquiera sea parcialmente, el panorama de la desigualdad en el mundo. Hace años que dedico algún tiempo a comparar, a partir de ellas, la riqueza de los más ricos con la riqueza de los países. Y el resultado es tremendamente esclarecedor.

Si enfrentamos la lista de mil millonarios de Forbes de 2010 con los datos de PIB de los distintos países del mundo que recoge el World Facbook de la CIA (una fuente extraordinaria de información estadística de referencia), podemos llegar a estas consideraciones:
  • El empresario mexicano de las telecomunicaciones Carlos Slim Heru dispone de la mayor riqueza personal del mundo. Le sigue, muy de cerca, Bill Gates. En ambos casos, sus más de 53.000 millones de dólares de patrimonio equivalen a la riqueza nacional de los cuatro millones de habitantes del Líbano. Y está ligeramente por debajo de la suma de los PIBs de Afganistán, Sierra Leona, República Centroafricana, Mali, Zimbabwe y Somalia (57,3 millones de habitantes en total). Juntos, Slim y Gates, acumulan una riqueza similar al PIB de Angola o del Ecuador. Si fueran países, cada uno de ellos ocuparían los puestos 90 y 91 del entre los 227 del mundo.
  • El tercer mayor patrimonio personal del mundo es el del empresario estadounidense Warren Buffet, con 47.000 millones de dólares. Es mayor que la de los casi diez millones de bolivianos y bolivianas.
  • Amancio Ortega, propietario de la cadena Zara, ocupa, con 25.000 millones de dólares, el noveno lugar entre los más ricos del mundo y el primero entre los españoles. Su patrimonio es mayor que el PIB de Estonia.
  • Y Silvio Berlusconi, el presidente del Consejo de Ministros italiano, propietario del conglomerado mediático Mediaset y del Milán, que ocupa el puesto 73 de la lista Forbes, tiene casi tanto patrimonio como Mongolia.
  • Los diez mayores patrimonios personales del mundo acumulan 342.200 millones de dólares. Eso es más que el PIB de un país de 150 millones de personas como Nigeria. Bastante por encima del de Grecia o Suecia.
  • Si sumanos la riqueza de los 25 más ricos según Forbes llegaremos a los 641.000 millones de dólares. Esto los convertiría en el vigésimo tercer país más rico del mundo, equivalente a la riqueza de Holanda. Esos 641.000 millones dólares suponen un tercio de la riqueza nacional de Francia, la mitad de las riquezas de España o de Canadá, tres cuartas partes de la de Australia o el doble de la de Austria. Y, también, diez veces la riqueza de los 156 millones de hombres y mujeres que habitan Bangladesh.

24 septiembre 2010

Discurso con motivo de la celebración de Nuestra Señora de la Merced en el Centro Penitenciario Castellón I en 2010

Tengo la satisfacción de dirigirme a vosotros y a vosotras en el día de la celebración de la patrona de las Instituciones Penitenciarias. Esta festividad, que hoy conmemoramos con la sobriedad que los tiempos y la sociedad exigen, es una festividad que nos atañe a todos.

En primer lugar, atañe a los trabajadores y las trabajadoras que tienen la misión de garantizar el buen funcionamiento de los centros penitenciarios y a los internos e internas que cumplen su deuda con la sociedad en ellos.

Pero esta fiesta también nos concierne a quienes, de una u otra forma, estamos comprometidos con el Estado de Derecho y tenemos la responsabilidad de garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos. En una sociedad moderna y avanzada como la española es imposible entender la justicia, la seguridad y la libertad individual y colectiva, sin la existencia de un sistema penitenciario eficaz, entendido como responsabilidad compartida por la totalidad de la sociedad.

Por ello, la Merced es también la fiesta de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por su compromiso perpetuo e imprescindible con el adecuado funcionamiento del sistema; de los jueces, los fiscales y el conjunto de funcionarios y funcionarias que conforman la Administración de Justicia; de las distintas entidades públicas y privadas que trabajan con nuestros centros; de las empresas que generan actividad y empleo en los talleres; de los voluntarios y voluntarias y de tantas personas que contribuyen a mejorar nuestro sistema público penitenciario. Gracias a todos por vuestra colaboración.

Permitidme que haga aquí mención especial al personal de los servicios sanitarios penitenciarios y a los profesionales de la sanidad pública valenciana que día a día ejercitan la dignidad de su compromiso social en favor de la calidad de vida de los reclusos y reclusas de nuestras prisiones. Las obras de ampliación y mejora del módulo de judiciales del Hospital General de Castellón, concluidas este año, nos posibilitan la prestación de ese servicio esencial en condiciones de mayor calidad.

La provincia de Castellón cuenta, como todos sabéis, con dos centros penitenciarios que albergan cerca de 2.600 reclusos y en los que desarrollan su actividad profesional 860 empleados públicos. Al frente de los mismos se encuentran dos magníficos equipos directivos, liderados por Olga Ballesteros en Castellón I y Ana Acosta en Castellón II.

Ambos centros, a pesar del gran número de internos que deben ser atendidos, están especialmente ocupados en el desarrollo de programas terapéuticos y de reinserción de calidad. Gracias a ese esfuerzo, 426 internos e internas cursan estudios reglados no universitarios, 225 están matriculados en diversas especialidades de Formación Profesional, y 638 participan en programas deportivos y ocupacionales. En nuestros dos centros, 381 reclusos y reclusas tienen un puesto de trabajo remunerado, por el que cotizan, como el resto de empleados de nuestro país, a la Seguridad Social. Además, los programas específicos de intervención, como los destinados a condenados por violencia de género y drogodependientes, los talleres de igualdad de género, de desarrollo personal, de mediación en salud, etc. incorporan a 836 internos.

Durante este año, así mismo, se ha hecho un esfuerzo importante para posibilitar el cumplimiento eficaz de las penas de trabajo en beneficio de la comunidad. En estos momentos, 33 ayuntamientos de la provincia han firmado convenios con Instituciones Penitenciarias para proveer 196 plazas de cumplimiento. A ello hay que añadir 173 plazas ofertadas por 20 organizaciones públicas y privadas.

Los profesionales de nuestros centros penitenciarios están gestionando, también de forma ejemplar, los módulos de respeto de hombres y de mujeres en Castellón I o las dos unidades terapéuticas y educativas de Castellón II. En estos módulos de especial intervención se apuesta por el encuentro permanente entre profesionales e internos. Un modo de hacer donde priman la cohesión, la solidaridad, la comunicación y la tolerancia.

Gracias a la excelente labor de esos profesionales, a su esfuerzo constante y a su gran preparación, este año las unidades terapéuticas y educativas de Castellón II han sido galardonadas con la Mención Honorífica a las Buenas Prácticas en el Sistema Penitenciario. Dicho premio está siendo recogido en estos momentos de las manos del ministro del Interior, por la directora de Castellón II, acompañada de un educador y un interno del centro. Por este motivo, Ana Acosta no ha podido acompañarnos hoy y está siendo representada por el subdirector médico del centro.

Esta es también la realidad de nuestras prisiones. Más allá de titulares mediáticos; más allá de incomprensiones atávicas. Nuestros centros penitenciarios son instituciones vivas y vividas. Por ello tenemos la obligación dar a conocer lo mucho y bueno que se hace en ellas.

Por eso, y porque los ciudadanos tienen el derecho a saber en que se emplean los recursos del Estado y deben tener conciencia del esfuerzo que cada día realizan los trabajadores penitenciarios para conseguir que aquellos que un día se equivocaron recuperen su sitio en nuestra sociedad.

La vida dentro la cárcel no es fácil. Ni tampoco lo es el trabajo en ella. Sé de la dificultad y la dureza del trabajo de los funcionarios y funcionarias de prisiones. Por ello sólo puedo expresar mi admiración y la del Gobierno de España por aquellos que como Javier, Diego, Antonio, Leopoldo, Francisco Javier, Manuel, Ramón, Jesús Javier, Ángel y José Antonio han dedicado su vida profesional a esta institución. Quiero agradecer de forma especial su dedicación a Roberto, que recibe hoy una condecoración y quien, gracias a su rápida intervención, logró, hace unos meses, salvar la vida de un interno en la prisión de Castellón II.

Y ya para terminar. Quiero, en este acto institucional del día de la Merced, rendir tributo de admiración a un servidor público ejemplar que nos dejó hace muy pocos días. Quiero que el recuerdo entrañable y sincero a Julián Blanco ilumine esta jornada. Que su magisterio como empleado público y su compromiso con una sociedad mejor, más justa y más solidaria nos guíe en la enorme tarea que todos y todas tenemos por delante. Gracias Julián. Buenas tardes, mucha suerte y feliz día de la Merced.

18 septiembre 2010

Gasto para la dignidad

Publicado en Mediterráneo el 18 de septiembre de 2010.

1.250 millones de euros. Casi 210.000 millones de las antiguas pesetas. Ese es el gasto que asumirá el Estado en 2010 para atender las más de 130.000 pensiones que perciben miles de ciudadanos y ciudadanas castellonenses: pensiones de jubilación, de viudedad y orfandad, de invalidez; pensiones derivadas del antiguo seguro obligatorio de vejez e invalidez (SOVI); pensiones no contributivas. Un gasto de solidaridad, de justicia social, de compromiso con la dignidad.


El sistema público de pensiones es una de las patas que sustenta nuestro Estado del bienestar, junto con los sistemas sanitario, educativo y de atención a la dependencia. Constituyen el núcleo duro de las políticas públicas que hacen del modelo social europeo el más justo e integrador del mundo. Por ello, desde el restablecimiento de la democracia a finales de los años 70 todos los gobiernos españoles han prestado especial atención al fortalecimiento del sistema de pensiones.

España llegó más tarde que el resto de la Europa occidental a las políticas de bienestar; pero el esfuerzo colectivo sostenido a lo largo de las tres últimas décadas nos ha permitido dotarnos de una estructura pública de inserción, protección y promoción social homologable al de las sociedades avanzadas de nuestro entorno. Es cierto que queda mucho por hacer, pero ha sido también mucho lo que hemos hecho.

La acción del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, su compromiso radical con esas políticas de la solidaridad y de la dignidad, ha permitido incrementar las pensiones mínimas en estos últimos seis años en más del 32 por 100, siendo este el período de mayor crecimiento de la historia de nuestro sistema de protección social. En Castellón, por ejemplo, la pensión media ha pasado de 6.958 euros anuales en diciembre de 2004 a 9.464 euros en julio de este año, lo que supone un incremento del 36 por 100 y una revalorización neta (descontado el IPC acumulado en esos seis años) del 20 por 100.

Ese compromiso del Gobierno y el esfuerzo de la sociedad española en estos años cobra especial sentido en nuestra tierra. Castellón ocupa uno de los últimos lugares, entre las provincias de España, en cuanto al valor de las pensiones que perciben nuestros pensionistas. Esto ha venido siendo así históricamente, por razón del tipo de crecimiento económico y desarrollo social sobre el que se ha construido nuestra realidad actual.

En julio de 2010 la pensión media de jubilación percibida por los castellonenses con derecho a ella es de 10.409 euros anuales, la séptima más baja de toda España, sólo por encima de Córdoba, Cáceres, Zamora, Almería, Lugo y Ourense. Hemos ganado un lugar con relación al año 2000 y desde enero de 2005 hemos subido relativamente más que el conjunto del país, pero seguimos estando en el pelotón de cola del ranking provincial, notablemente por debajo de la media nacional.

El mapa de las pensiones de jubilación es un reflejo fiel del mapa de las cotizaciones. Pensiones más bajas hoy refieren a cotizaciones menores ayer, como es fácil reconocer. He leído que algunos, en su ceguera partidista, han llegado a decir en las últimas semanas que el responsable de que nuestras pensiones sean más bajas que en la mayor parte de España es el presidente Zapatero; es, han dicho, una nueva muestra de su obsesiva tendencia a castigar a la gente de Castellón. Quien esto dice no hace más que desacreditarse a sí mismo.

Los y las castellonenses deberíamos ser los más interesados en mantener las políticas de la dignidad para nuestros pensionistas. El Gobierno, a pesar de las excepcionales dificultades por las que atraviesa la economía española y europea, va a seguir trabajando en ello. En 2010 todas las pensiones se han incrementado en un 1 por 100. En 2011 las pensiones mínimas, las no contributivas y las del SOVI lo harán de acuerdo con el incremento del coste de la vida. Este es un esfuerzo de todos que a todos compete. Para continuar, tan pronto superemos las dificultades presentes, con el compromiso de restablecer la línea de crecimiento iniciada en 2005. Por solidaridad, por dignidad y por justicia.

04 septiembre 2010

Desarrollo humano en Castellón

Publicado en Mediterráneo en 4 de septiembre de 2010

Castellón ocupaba en el 2007 el número 30 entre las 50 provincias españolas en nivel de desarrollo, según el estudio Desarrollo humano en España 1980-2007 realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y publicado por la Obra Social de Bancaja el pasado mes de julio. El trabajo, realizado por los catedráticos Carmen Herrero y Antonio Villar y el investigador Ángel Soler, nos proporciona una excelente radiografía del grado real de desarrollo de nuestra sociedad a nivel nacional, autonómico y provincial.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es el barómetro establecido por Naciones Unidas a partir de 1990 para comparar la evolución del desarrollo de todos los países y regiones del mundo. Tomando como base esencial diversos indicadores de salud, educación y bienestar material, el IDH intenta ponderar no tanto lo conseguido hasta el momento, como las capacidades de cada territorio para construir su futuro.

España, situada entre Austria y Dinamarca, ocupa el puesto 15 en el ranking mundial que encabezan Noruega y Australia y que integran 182 países. Por su parte, la Comunitat Valenciana se sitúa en el undécimo lugar entre las 17 comunidades autónomas españolas, precedida de Galicia y seguida de Baleares. La provincia de Castellón, como ya he indicado más arriba, se ubica en la zona media-baja del índice de desarrollo provincial español, en un espacio en el que nos enmarcan Pontevedra y Lugo por arriba y Baleares y Cuenca por abajo.

Hemos perdido cinco puestos en la clasificación por provincias desde 1980. Entonces éramos la vigésimo quinta provincia; en 1994 fuimos la vigésimo sexta; y en el 2007 descendimos hasta el puesto 30. Y esto ha ocurrido porque el crecimiento de nuestro IDH desde 1980 ha sido uno de los más bajos de España, especialmente desde 1994. Entre 1980 y 1994 crecimos ligeramente por encima de la media nacional; de 1994 al 2007, en el período de mayor expansión económica de nuestro país, lo hemos hecho notablemente por debajo.

El IDH es uno más de los métodos de consideración del desarrollo de la sociedad. Hay otros. Pero es un instrumento aceptado de forma general para aproximarse a la realidad social y a la proyección de desarrollo en un mundo tan tremendamente competitivo como el que vivimos. Por ello, haríamos mal en subestimarlo.

He insistido en diversas ocasiones en que hemos de atender a los datos que reflejan la realidad de nuestra provincia. En que es ya la hora de dejar a un lado lo que creemos que somos para prestar atención a lo que realmente somos. En que nos apliquemos en identificar nuestros problemas reales y dejemos a un lado nuestras ensoñaciones.

Miren, en el 2006 la provincia de Castellón era la cuarta provincia con mayor fracaso escolar de toda España (en el 2002 ocupaba el puesto número 12). En julio del 2010 ocupábamos el puesto 46 de 52 (todas las provincias más Ceuta y Melilla) en la pensión media de jubilación. Desde el 2008 somos la provincia que hemos incrementado en mayor medida, proporcionalmente, el desempleo.

Algunos quieren encontrar en el victimismo la explicación a esa situación. Siempre focalizan la responsabilidad de cuanto nos ocurre en otros: que si no nos hacen esto o que si nos hacen lo otro en contra de nuestros intereses. Y así, en un discurso interminable, cansino, pretenden diluir su falta de liderazgo para impulsar el cambio que, inevitablemente, necesita nuestra sociedad


Castellón de la Plana. En: Atlas geográfico ibero-americano. España.
Barcelona : Alberto Martín, [1903].
Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico, vía Europeana.
Documento de dominio público.